jueves, 21 de abril de 2011

Que no queremos ser tanto...

Que no queremos ser tanto.
Queremos vivir en nuestra tierra
agrietada de manantiales cristalinos,
andar un poco más lejos que las fronteras
por la sublime añoranza del regreso.

Que no queremos ser tanto.
Queremos ser un poco de sol y un poco de noche,
queremos ser viento y calma,
tormenta, lluvia y olor de tierra mojada.

Manolillo Chinato

Y yo, ¿Que quiero ser? Supongo que yo tampoco quiero ser tanto. Sólo quiero ser ese brillo que se enciende en tu verde mirada cuando la roza el sol. Solo quiero ser aquello a lo que abrazas al dormir.
Quiero ser miles de cosas, quizás si quiera ser tanto. No lo sé. Solo quiero que vengas conmigo porque sin ti esta primavera es invierno.
Después de tres días maravillosos a tu lado, una noche entera para mi solita y te vas... Siempre te vas. Nos separan 200 kilómetros y tu trabajo. Yo siempre se que te tienes que marchar pero nunca tomo verdadera conciencia de ello hasta que te veo irte por la puerta. Incluso cuando te veo despedirte desde el ascensor con un beso al aire todavía guardo la esperanza idiota de que te quedes. Pero no es así.
Un año más en esta podredumbre y podremos marcharnos juntos. Mientras tanto una semana sin ti me parece un Everest imposible de alcanzar. Son solo siete u ocho días... Pero pasan como veinte.
El tiempo es un viejo calvo y estafador, que nos da días como horas cuando somos felices y horas como días cuando ansiamos algo. Y, sea como sea, se escapa. Se nos escapa. Como tú te me escapas a mí cada semana por el ascensor. !Se escapa ese podrido y viejo estafador! Es la realidad humana, desesperante. El tiempo se escapa deprisa y cada segundo que pasa estamos más cerca de la muerte. Entonces, ¿porque no puedo pasar estos 60 o 70 años de mi vida, mis últimos años de vida, a tu lado? ¿Porque tengo que esperar? Te necesito, como necesito el agua, el aire, el sol o la maldita lluvia que se estrella contra mi ventana este horrible día de abril, un día después de mi cumpleaños. Viejo estafador, devuélveme mi tiempo.

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